A la vera de la Ruta Provincial N° 1, a unos 17 kilómetros de Viedma, Federico “Fred” Machado pasa sus días en una amplia vivienda de su propiedad, a la espera de que la Corte Suprema de Justicia defina su situación frente al pedido de extradición solicitado por un tribunal de Estados Unidos.
En aquel país, Machado enfrenta un proceso por narcotráfico, lavado de dinero y fraude electrónico, causas que motivaron su detención en Neuquén el 16 de abril de 2021. Tras su arresto, fue trasladado a dependencias de la Policía Federal de esa ciudad, pasó por un primer alojamiento en Bariloche y, finalmente, la Justicia Federal le otorgó prisión domiciliaria, que cumple actualmente en la capital rionegrina.
Su nombre volvió recientemente a los medios nacionales debido a la difusión de que en febrero de 2020 habría realizado un aporte de 200.000 dólares al diputado nacional y candidato de La Libertad Avanza en Buenos Aires, José Luis Espert. Antes, ya había sido vinculado con Espert durante su campaña presidencial de 2019, cuando el político se trasladaba en un avión privado propiedad de Machado. El 18 de abril de ese año, Espert llegó a Viedma para ofrecer una charla y presentar su libro “La Sociedad Cómplice“. No fue el único vuelo compartido, ya que se confirmaron otros traslados a distintas ciudades del país.

Aquel día, en el entonces salón de eventos de un conocido hotel sobre la costanera, Espert agradeció el viaje y a los presentes: “a Fred Machado por el excelente vuelo que hemos tenido”, quien se encontraba presente en el fondo del salón. El político siempre negó el vínculo, atribuyéndolo a una “campaña en su contra”, y recibió respaldo del presidente Javier Milei. Sin embargo, en los últimos meses casi no realizó apariciones públicas durante la campaña bonaerense.
Según fuentes judiciales, Machado no registra antecedentes penales en Argentina y no tiene causas abiertas en su contra. Sí se lo vinculó con distintos intentos comerciales no muy claros, como la construcción de un hotel en Las Grutas o la instalación de un taller de embarcaciones en tierras cedidas por el municipio de San Antonio Oeste, medidas que finalmente fueron revertidas.
Tras su detención en Neuquén, fue alojado en instalaciones de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Bariloche y luego se le concedió prisión domiciliaria en Viedma, en un predio que se destaca por su cerco perimetral de hormigón y el ingreso asfaltado, propiedad que habría adquirido mucho antes de conocerse sus actividades ilícitas.
La falta de antecedentes, su condición de ciudadano argentino, el señalamiento del juez de que no tiene intenciones de regresar a Estados Unidos y un proceso que lleva años en la Corte Suprema explican, en parte, la demora en resolver su situación. Según especialistas, de haber sido un extranjero detenido en el país con un pedido de captura internacional, los tiempos probablemente hubieran sido mucho más breves.
Fuente: Medios.







