El día después del triunfo legislativo de Javier Milei transcurrió en silencio dentro de la Casa Rosada. Sin nuevas designaciones y con el Gabinete en pausa, el Gobierno concentra ahora su estrategia política en el vínculo con las provincias. Los gobernadores, tanto oficialistas como opositores, permanecen expectantes ante un inminente llamado del Presidente para una reunión “institucionalizada” con la Nación.
Aunque aún no hay fecha confirmada, fuentes oficiales adelantaron que la convocatoria incluiría a todos los mandatarios, incluso a los que no firmaron el Pacto de Mayo. En Balcarce 50 evalúan que el encuentro será clave para definir la nueva etapa de gestión y las alianzas legislativas tras el recambio de diciembre.
“El Gabinete se diseña en función del Congreso que tengo y de los acuerdos que debo ir a buscar”, afirmó Milei, quien decidió postergar los cambios ministeriales hasta ordenar su frente político. Mientras tanto, la asunción de Pablo Quirno en Cancillería será el único movimiento confirmado en el corto plazo.
En las provincias, el mensaje fue recibido con cautela. Nadie quiere quedar afuera de la foto con la Casa Rosada, pero todos esperan señales más concretas sobre el rumbo económico y la coparticipación. El clima de espera marca, una vez más, que la política nacional se reacomoda al ritmo de la estrategia presidencial.
Por su parte, el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, confirmó que se comunicó el fin de semana por mensaje de texto con el presidente Javier Milei tras el “lamentable y muy desagradable” robo que sufrieron el diputado y candidato de La Libertad Avanza, Pablo Cervi, y su familia. Sin embargo, el mandatario provincial fue enfático en desvincular el incidente de las elecciones legislativas.
En Río Negro, en tanto, hay mucha cautela y se analiza cómo seguir sin poder de fuego en el Congreso, tras perder representación en el Senado y en la Cámara de Diputados desde el 10 de diciembre próximo.
En paralelo, varios mandatarios analizan cómo reposicionarse ante un Gobierno que, tras el resultado electoral, buscará capitalizar el respaldo en las urnas para imponer condiciones en la negociación con las provincias. En ese marco, los gobernadores intentan mostrarse abiertos al diálogo, pero sin resignar autonomía fiscal ni protagonismo político en sus territorios.







