Un roedor subterráneo sorprende a la ciencia: el tuco-tuco colonial se comunica con ultrasonido

El estudio revela un canal de comunicación inédito en roedores subterráneos y abre nuevas líneas de investigación sobre su comportamiento social.

Un investigador del Conicet identificó por primera vez vocalizaciones ultrasónicas en el tuco-tuco colonial, un roedor subterráneo que habita exclusivamente en una estrecha franja del Parque Nacional Nahuel Huapi, en la zona de Cuyín Manzano, Neuquén. El hallazgo fue publicado en la revista Journal of Zoology y representa un avance significativo en el estudio de esta especie endémica y en peligro de extinción.

El biólogo Juan Pablo Amaya, investigador del Conicet en la Universidad Nacional de La Rioja, explicó que el descubrimiento confirma una hipótesis previa: “Sospechábamos lo que finalmente comprobamos con un experimento”. La especie, a diferencia de otros tuco-tucos, se caracteriza por ser social, con varios individuos compartiendo un mismo sistema de cuevas subterráneas. El ultrasonido, que los humanos no percibimos, se usa como un canal de comunicación exclusivo en estas interacciones.

En Argentina existen más de 70 especies de tuco-tuco, pero la población de Neuquén ha sufrido importantes reducciones, especialmente tras la erupción del volcán Cordón Caulle Puyehue, y siempre se ha mantenido al límite de su supervivencia. Según Amaya, estos roedores son muy sensibles a cualquier cambio ambiental.

El estudio se llevó a cabo en la Universidad de California, en Berkeley, donde se encuentra la única población cautiva del tuco-tuco colonial en el mundo. En 1992, la investigadora Eileen Lacey trasladó cinco individuos desde el sur argentino para estudiar aspectos imposibles de observar en el campo. Actualmente, esos ejemplares han generado 25 colonias en laboratorio, bajo condiciones óptimas de cuidado. Amaya trabajó cinco meses con estos animales para registrar y analizar su repertorio vocal ultrasónico.

El experimento utilizó sistemas de tubos de acrílico conectados con cajas que funcionan como nidos, permitiendo observar a los roedores tanto juntos como separados. Se realizaron grabaciones de audio y video para analizar el contexto de las vocalizaciones. Los investigadores detectaron que estas se producen cuando el macho interactúa estrechamente con la hembra, sin que exista un gesto corporal visible: los animales no abren la boca ni mueven el cuerpo, lo que hace casi imposible percibir la señal a simple vista.

Qué se conoció en el experimento

El análisis acústico reveló que, aunque los tuco-tucos subterráneos suelen emitir vocalizaciones graves, la especie colonial usa ultrasonido como canal de comunicación durante interacciones sociales no agresivas, especialmente en su nido común, donde un macho convive con varias hembras mientras que los machos no comparten espacio entre sí.

Amaya destacó que, si bien estudios anteriores sobre la anatomía del aparato auditivo del tuco-tuco colonial sugerían la posibilidad de percepción de ultrasonido, este trabajo confirma experimentalmente que la especie lo utiliza activamente para comunicarse. La investigación abre un nuevo camino para comprender la comunicación subterránea en roedores sociales, un fenómeno hasta ahora desconocido en animales que pasan gran parte de su vida bajo tierra.

Fuente: Medios.

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