La investigación por el transfemicidio de Azul Semeñenko sumó en las últimas horas nuevas pruebas científicas que refuerzan la acusación contra Roberto Sánchez, único imputado y detenido por el crimen. El Ministerio Público Fiscal confirmó que todas las manchas de sangre secuestradas en la vivienda, la gomería y la camioneta del acusado dieron positivo para el ADN de Azul.
Los análisis, realizados en el Laboratorio Central de Neuquén, incluyeron manchas visibles y otras que habían sido lavadas. Se estudiaron cuchillos, ropa de cama, prendas, paredes, pisos y objetos del patio de la casa ubicada en Copahue al 1100, en el barrio Toma La Familia. También se analizaron restos encontrados en la Ford Ranger blanca del imputado, donde se hallaron abundantes rastros hemáticos en asientos delanteros y traseros.
Con estos resultados, la fiscalía sostiene con mayor firmeza que el crimen ocurrió dentro de la vivienda de Sánchez, hipótesis que ya se apoyaba en el registro de cámaras de seguridad que lo captaron levantando a Azul durante la madrugada del 25 de septiembre, día de su cumpleaños, y regresando con ella a su domicilio.
Otra secuencia fílmica lo mostró el 26 de septiembre, de madrugada, cargando un bulto en la camioneta y trasladándolo hacia la zona del canal de desagüe en Trenque Lauquen y Pergamino, donde el cuerpo fue hallado el 14 de octubre.
Sánchez fue imputado el 21 de octubre por homicidio triplemente agravado por el odio a la identidad de género, por violencia de género y por ensañamiento. La fiscalía —a cargo del fiscal jefe Agustín García y la fiscal del caso, Guadalupe Inaudi— presentó en aquella audiencia una gran cantidad de evidencia: sangre humana en múltiples superficies, armas blancas, prendas que podrían pertenecer a Azul y otros elementos que reconstruyen una escena de extrema violencia.
Las lesiones descriptas en la autopsia corresponden a un ataque con saña y modalidad overkill, con múltiples heridas que excedieron lo necesario para causar la muerte y buscaron generar sufrimiento. Según Inaudi, la violencia ejercida mostró “energía, variedad de medios y una hostilidad intensa”.
Este martes, tras confirmarse que todos los hisopados de sangre pertenecen a Azul, la fiscal dispuso nuevas medidas, entre ellas una ampliación del allanamiento en la casa del imputado para recolectar más elementos con valor pericial.
Aún restan informes claves antes de la audiencia de control de acusación:
- Un análisis comparativo entre las prendas secuestradas y las lesiones de Azul.
- La apertura y estudio de los teléfonos incautados.
- La incorporación del relevamiento completo de cámaras, incluido el DVR del sistema de la vivienda de Sánchez y de un comercio cercano.
- La determinación de si víctima e imputado se conocían previamente.
La defensa, que reconoció en la audiencia que Sánchez cometió el homicidio en su casa, adelantó que buscará sostener una hipótesis de “emoción violenta” alegando un supuesto ataque previo de Azul, versión que la fiscalía ya descartó por incompatibilidad con la evidencia recolectada.
En paralelo, se realizó la inspección final del domicilio de Azul —donde vivía con sus mascotas— para ser restituido a los propietarios. Las pruebas con luminol y los análisis de criminalística descartaron que el hecho haya ocurrido allí, en línea con las filmaciones que sitúan a Azul ingresando a la casa del imputado.
Durante esa diligencia también se verificó que las dos llaves encontradas entre las medias de Azul pertenecían a su vivienda: una abrió el portón y la otra coincidía con la cerradura de la puerta, aunque no pudo probarse porque quedó inutilizada tras el primer allanamiento.
Fuente: Medios

