La sucesión de incendios forestales en la cordillera volvió a poner a Río Negro frente a un viejo problema: la falta de recursos propios para reaccionar con rapidez ante emergencias que cada año ganan en intensidad. Con ese telón de fondo, el gobierno provincial decidió avanzar con una de las inversiones más ambiciosas de los últimos años: el alquiler de un helicóptero de gran porte por 6,9 millones de dólares para reforzar el combate del fuego durante el verano.
La decisión, que será formalizada a través de una licitación pública cuyos oferentes se conocerán el 1 de diciembre, refleja un cambio de estrategia. Hasta ahora, la Provincia dependía casi exclusivamente de los medios aéreos aportados por el Plan Nacional de Manejo del Fuego o por Parques Nacionales. El nuevo rumbo implica sumar capacidades propias y mayor autonomía operativa frente a escenarios que se tornan cada vez más impredecibles.
El movimiento no ocurre en el vacío. La seguidilla de focos en Bariloche, incluida la alarma generada en el cerro Otto esta semana, presionó al gobierno a acelerar decisiones. La sombra del incendio de El Bolsón en febrero, que devastó miles de hectáreas y afectó decenas de viviendas, permanece como recordatorio de lo que ocurre cuando la respuesta llega tarde o sin suficientes herramientas.
El helicóptero que busca contratar Río Negro, con capacidad para transportar brigadistas y lanzar 4.000 litros de agua por vuelo, será destinado al Splif y operará durante 200 horas en los meses críticos. Al mismo tiempo, la Provincia avanza con la contratación directa de un avión observador de Invap y con la incorporación de tecnología basada en inteligencia artificial para detectar focos en tiempo real, una infraestructura que apunta a mejorar anticipación y control.
La apuesta llega en un contexto regional en el que Neuquén también anunció fuertes inversiones aéreas para su temporada, lo que confirma que la presión del cambio climático y la recurrencia de incendios obliga a las provincias a repensar su política ambiental y sus capacidades de respuesta.
Mientras tanto, la Justicia abrió una investigación por los recientes incendios en la ladera norte del cerro Otto, ante indicios de que algunos focos podrían haber sido provocados. Los vecinos de la zona vienen alertando sobre la repetición de episodios en un mismo sector y en lapsos breves, lo que refuerza la hipótesis de intencionalidad.
El gobierno provincial busca demostrar que aprendió de los golpes del último verano. La incorporación de medios propios y tecnología de punta intenta enviar una señal: Río Negro no quiere volver a quedar a merced del fuego.

