La Justicia de Río Negro amplió la investigación sobre una organización delictiva dedicada a cometer robos violentos y entraderas en distintas ciudades del Alto Valle. En las últimas horas imputó a dos hombres oriundos de Neuquén, de 38 y 34 años, quienes habrían participado en asaltos registrados en Cipolletti, General Roca, Neuquén, Villa Regina y Allen.
Estos dos nuevos acusados se suman a los cinco imputados el pasado 13 de noviembre, tras una serie de allanamientos simultáneos realizados por la Policía de Río Negro en Cipolletti y General Roca. Con ellos, la banda quedó conformada por siete integrantes, todos con cargos vigentes.
Los neuquinos fueron acusados como coautores de asociación ilícita y de robo simple y agravado por cometerse en poblado y en banda. Según la acusación, los hechos que se les atribuyen ocurrieron entre octubre de 2024 y septiembre de este año. Ambos permanecen bajo prisión preventiva.
La Fiscalía sostuvo que todos los integrantes “acordaron formar parte de una asociación para cometer ilícitos indeterminados” que afectaron la seguridad pública y la propiedad privada, actuando con planificación y diversidad de maniobras.

Uno de los hechos que fundamenta la acusación contra los nuevos imputados es el asalto ocurrido el 2 de octubre de 2024 en una vivienda de calle San Juan al 3500 de General Roca. Allí, siempre según la teoría fiscal, los hombres ingresaron por la fuerza, sustrajeron una billetera con documentación, herramientas y un Fiat Cronos, vehículo que luego habría sido utilizado en otros robos y posteriormente abandonado en Cipolletti.
En la audiencia realizada ayer, el Ministerio Público Fiscal ratificó la acusación, la calificación legal y la prisión preventiva de los cinco detenidos durante los allanamientos. La imputación se sostiene en doce hechos delictivos: once cometidos en General Roca y uno en Allen.
Las defensas particulares objetaron las medidas cautelares —principalmente la prisión preventiva—, pero el juez de Garantías rechazó los planteos y decidió mantener tanto la acusación como la detención en sede policial.

El modus operandi de la banda
De acuerdo con la investigación, la organización contaba con un esquema de trabajo reiterado y planificado. Primero realizaban tareas de vigilancia para seleccionar objetivos. Luego se movilizaban en uno o dos vehículos robados y entraban por la parte trasera de las viviendas, mediante escalamiento o forzamiento de puertas, incluso accediendo a través de techos o patios.
Una vez dentro, reducían a las víctimas utilizando armas de fuego y maniátandolas con alambres o precintos. Después las amenazaban para que entregaran dólares, oro, efectivo u otros objetos de valor, y buscaban cajas fuertes.
Un detalle que llamó la atención de los investigadores es que en ninguno de los casos se llevaron los teléfonos celulares, pero sí sustraían los DVR de las cámaras de seguridad para eliminar evidencias.
Las calificaciones legales incluyen robo simple y agravado, robo en poblado y en banda, agravantes por escalamiento y privación ilegítima de la libertad. Además, uno de los integrantes fue imputado por robo y hurto de un vehículo abandonado en la vía pública.

Una estructura organizada y activa
Para la fiscalía, la banda operaba con una marcada organización y roles definidos, utilizando vehículos robados y dispositivos de comunicación como radios y mensajes para coordinarse.
“Esto supera una mera actuación circunstancial; estamos ante hechos que han conmocionado a la sociedad, sostenidos en el tiempo y con posibles nuevas evidencias e implicados”, indicó la fiscal jefa.
El juez de Garantías dispuso que los imputados continúen en prisión preventiva por cuatro meses más, mientras avanza la investigación.
Fuente: Medios.

