Un hombre que participó del desvalijamiento de un departamento en Cipolletti y cometió el error de ocultar el botín en su propia vivienda, dentro del mismo complejo habitacional, fue condenado a tres años de prisión condicional y recuperó la libertad tras un acuerdo judicial.
Se trata de Néstor Walter Adrián Martínez, quien fue identificado gracias a la alerta de un vecino y al registro de una mirilla electrónica. Aunque enfrentaba una serie de imputaciones graves, accedió a un juicio abreviado, reconoció su culpabilidad y recibió una pena en suspenso, por lo que salió en libertad el mismo día en que se dictó la condena.
El hecho ocurrió la tarde del 7 de julio, en el edificio Elio VIII, ubicado en Yrigoyen 934. Martínez actuó junto a al menos tres cómplices aún no identificados, quienes forzaron la puerta de un departamento aprovechando la ausencia de la propietaria.
Una vez dentro, revolvieron la vivienda y se llevaron una gran cantidad de elementos: joyas, perfumes, relojes de valor, instrumentos médicos, utensilios de cocina, herramientas y dinero en efectivo. Sin embargo, el plan falló cuando decidieron esconder lo robado en el departamento de Martínez, ubicado contiguo al de la víctima.
El complejo contaba con cámaras y dispositivos de seguridad. Un vecino observó movimientos sospechosos a través de su mirilla electrónica, vio a los sospechosos tocar puertas para comprobar si había gente en el interior y reconoció a Martínez. Al advertir que una de las puertas había sido forzada, dio aviso inmediato a la Policía.
Esa misma noche se realizó un allanamiento en el domicilio de Martínez, donde se recuperó una gran cantidad de objetos robados, entre ellos documentación personal, tarjetas de crédito, llaves de vehículos y controles remotos, algunos vinculados a robos anteriores.
Durante el procedimiento, el imputado protagonizó un episodio violento: pateó un móvil policial y provocó daños, lo que derivó en nuevas imputaciones por resistencia a la autoridad y daño calificado.
Martínez fue acusado por robo doblemente agravado, encubrimiento y resistencia a la autoridad. No obstante, semanas después, el fiscal Gabriel Lamas y el defensor Rubén Antiguala alcanzaron un acuerdo de juicio abreviado.
La pena fijada fue de tres años de prisión condicional, con dos años de pautas de conducta. La víctima aceptó el acuerdo, con la condición de que el condenado no se acerque a ella ni a su domicilio.
El juez Guillermo Baquero Lazcano homologó el acuerdo y dispuso la inmediata libertad de Martínez, quien deberá cumplir una serie de restricciones: fijar domicilio, presentarse mensualmente ante el Patronato de Presos y Liberados, no consumir drogas ni abusar del alcohol, no cometer nuevos delitos y mantener distancia de la víctima.
Así, un robo que derivó en un amplio operativo policial y escenas de tensión terminó con una condena en suspenso y el autor del hecho en libertad, una resolución que generó cuestionamientos por la levedad de la pena.
Fuente: Medios

