El sector global de frutos secos celebra un año excepcional: las proyecciones del ciclo 2025/26 anticipan un marcado repunte en la producción y exportaciones de nuez y almendra. Los datos recientes muestran un crecimiento cercano al 10 %, lo que se traduce en niveles récord para ambos mercados.
En el caso de la nuez con cáscara, las exportaciones globales se estiman en 1.219.500 toneladas métricas (TM), un 3 % más que en el periodo anterior, lo que representa el volumen más alto registrado hasta ahora. Este aumento obedece a la recuperación productiva en países clave como Estados Unidos, y a un mantenimiento estable de la oferta de potencias agrícolas importantes.
Por su parte, la almendra sin cáscara también se beneficia de una tendencia ascendente. Su producción mundial proyectada en 2025/26 supera los 1,78 millones de TM, un nivel no alcanzado desde la campaña 2020/21, lo que marca un crecimiento destacado del mercado.
Este panorama optimista —la nuez rompiendo techos históricos y la almendra recuperando terreno— reaviva en regiones productoras como la Patagonia argentina el interés por los frutos secos. En la provincia de Neuquén, por ejemplo, la producción de almendras ya impulsa la diversificación agrícola y plantea alternativas más sostenibles y rentables para productores locales.
Para muchos países y economías regionales, la coyuntura supone una oportunidad: un mercado global ávido de frutos secos saludables, combinada con mejores rendimientos agrícolas, podría traducirse en mejores precios, mayores exportaciones y un fortalecimiento de las cadenas productivas.
En ese contexto, este ciclo 2025/26 podría quedar marcado como un punto de inflexión para la nuez y la almendra a nivel mundial: una “primavera” para los frutos secos, que promete traer beneficios económicos, consolidación exportadora y nuevas oportunidades para quienes apuestan por el cultivo.
Fuente: Medios.
