El juicio por la causa Cuadernos, considerado el más grande por corrupción en la historia argentina, comenzó finalmente tras años de dilaciones. Son 87 los acusados, entre exfuncionarios del kirchnerismo y empresarios, investigados por presunta asociación ilícita y pago de sobornos a cambio de contratos de obra pública durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
La investigación se inició en 2018, luego de que el periodista Diego Cabot presentara los cuadernos escritos por Oscar Centeno, chofer del exfuncionario Roberto Baratta, donde registraba cada entrega de dinero. Desde entonces, la causa atravesó múltiples intentos de freno: hubo empresarios arrepentidos, amenazas al fiscal Carlos Stornelli y una fuerte campaña para desacreditar las pruebas.

El proceso judicial comenzó de manera telemática, decisión que generó críticas por parte de la Corte Suprema, que habría manifestado su desacuerdo con la modalidad virtual y con la baja frecuencia de audiencias, previstas una vez por semana. Según estimaciones, con este esquema podrían pasar al menos tres años antes de que haya condenas firmes, algo que muchos señalan como una estrategia de dilación por parte de los acusados.

Entre los principales imputados se encuentran Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido y Roberto Baratta, aunque la lista incluye a decenas de exfuncionarios y empresarios. Para los investigadores, los cuadernos revelan la existencia de una estructura organizada de recaudación ilegal, más allá de hechos aislados.
El caso Cuadernos expone lo que la Justicia considera una maquinaria de corrupción institucionalizada, en la que el pago de coimas habría sido condición necesaria para acceder a la obra pública. Pese a los intentos por deslegitimar la causa, su inicio marca un punto clave en el avance judicial sobre los casos de corrupción durante el kirchnerismo.
El juicio, que se espera extenso y complejo, busca esclarecer si existió una asociación ilícita estatal-empresarial para financiar ilegalmente la política y enriquecer a sus integrantes. Aunque el proceso recién comienza, el inicio mismo del debate oral representa un paso decisivo tras años de demoras y maniobras para frenar su avance.
Fuente: Medios







