Con dos nominaciones a los premios Martín Fierro de streaming y un crecimiento meteórico en su carrera, Guillermina Bianchi se consolida como una de las nuevas caras del streaming nacional. La joven neuquina, que divide su tiempo entre los estudios de Abogacía en la Universidad de Buenos Aires y su trabajo en Vorterix, forma parte de los programas Dopaminas (nominado a Programa Revelación) y 5 minutos más (Programa Humorístico).

“No lo podía creer cuando me enteré de las nominaciones, me avisaron mientras estaba al aire”, contó Guillermina en una entrevista con Depende del Viento, el streaming de LMPlay. Su historia sorprende: pasó de estudiar Derecho en Neuquén a trabajar en una de las emisoras más influyentes del país.
El salto al mundo del streaming llegó casi por casualidad. Conoció a su novio a través de una app de videollamadas y comenzó a hacer transmisiones junto a él. De a poco fue ganando público hasta que los streamers Amber Nosquetti y su equipo la convocaron para un nuevo formato en Vorterix. “Al principio dudé, pero me dijeron que no podía dejar pasar la oportunidad”, recordó.
Desde entonces, participa en dos proyectos muy distintos, 5 minutos más, más espontáneo y relajado, y Dopaminas, un ciclo conducido por mujeres con una preparación más cercana al formato radial. “Nos dan libertad total para hablar de lo que queramos”, aseguró.
Aunque su carrera en medios crece rápido, Guillermina no piensa abandonar sus estudios. “Me voy a recibir, sí o sí”, dice entre risas. Confiesa que su formación legal le sirve para aportar otra mirada en los debates y que le gusta que cada programa deje “una pequeña enseñanza” más allá del entretenimiento.
Nacida y criada en Santa Genoveva, Guillermina se mudó a Buenos Aires a los 20 años. Vivir sola no fue fácil, pero se adaptó y formó nuevas amistades. Sus padres, aún en Neuquén, comenzaron a dimensionar su éxito cuando visitaron los estudios de Vorterix y vieron la magnitud del proyecto.
Hoy, la streamer neuquina disfruta de un presente lleno de logros, sin perder su identidad. “Siempre digo: no me pongas la característica de Buenos Aires, soy del 299”, afirma con orgullo. Mientras su nombre gana espacio en el streaming argentino, Guillermina sigue llevando su sello patagónico a cada pantalla.
Fuente: Medios







