El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que clasifica al fentanilo y a sus principales precursores químicos como un “arma de destrucción masiva”. En el texto oficial, la sustancia es definida como “más cercana a un arma química que a un narcótico”, por su altísimo poder letal.
La orden señala que apenas dos miligramos de fentanilo, una cantidad casi imperceptible, pueden resultar mortales. El documento remarca que esa dosis equivale a entre 10 y 15 granos de sal de mesa, una comparación utilizada para graficar el riesgo extremo asociado al consumo ilícito.
En uno de los párrafos más duros, el texto sostiene que “cientos de miles de estadounidenses han muerto por sobredosis de fentanilo”. A partir de esta definición, se instruye al Departamento de Justicia a iniciar de inmediato investigaciones y procesos judiciales vinculados al tráfico de esta droga.
La directiva también ordena a los Departamentos de Guerra y de Justicia analizar si corresponde el uso de recursos militares para respaldar las tareas de aplicación de la ley. Según un informe del medio Político, el momento elegido para esta designación llamó la atención, ya que se da en medio de especulaciones sobre eventuales acciones militares contra presuntos objetivos del narcotráfico en Venezuela.
De acuerdo con ese reporte, declarar al fentanilo como arma de destrucción masiva podría aportar una justificación legal adicional para el uso de la fuerza militar en el exterior. En paralelo, Trump afirmó que su administración evalúa “muy seriamente” reclasificar la marihuana en una categoría de menor peligrosidad, lo que implicaría un alivio de las restricciones federales y un reconocimiento formal de su uso médico, según informó CBS News.
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