El análisis del teléfono de Julián Dobra abrió una nueva etapa en la investigación por su homicidio. A partir de los datos recuperados, la fiscalía solicitó agravar las imputaciones contra los sospechosos y reformuló los cargos de varios de ellos.
La Justicia de Roca volvió a mover las piezas en el caso por el crimen de Julián Dobra de la Canal. Uno de los menores implicados pasó de ser considerado encubridor a partícipe necesario del homicidio, con el agravante de haber participado en la planificación del ataque. La decisión se tomó tras conocerse el resultado del peritaje sobre el celular de la víctima.
Un teléfono que habla
La Oficina de Investigación en Telecomunicaciones (OITel) logró desbloquear el dispositivo sin necesidad de enviarlo al exterior. En su interior encontraron más de 1400 puntos de geolocalización, además de mensajes, llamadas, imágenes y videos que reconstruyen con precisión los movimientos de Julián y los vínculos con los imputados.
Entre las pruebas más contundentes figuran chats entre los acusados, donde coordinaban el ocultamiento del cuerpo, el robo del vehículo y hasta el intento de incendiarlo. Un relato escalofriante que revela una trama planificada y violenta.
Reformulación de cargos
Con estas evidencias, la Fiscalía pidió reformular y endurecer los cargos. Dos adultos fueron imputados por homicidio triplemente agravado, por premeditación, por la participación de menores y por el uso de arma de fuego. A uno de ellos se le sumó el delito de hurto calificado, por utilizar la llave original del departamento de la víctima para vaciar la vivienda.
Tres menores enfrentan los mismos cargos, mientras que otro fue acusado además por portación ilegal de arma de fuego.
Dos hombres más fueron imputados por encubrimiento: uno ocultó información sobre el paradero de su amigo, y otro escondió el auto robado en su domicilio.
El juez de Garantías Julio Martínez Vivot declaró la causa como compleja, lo que permite extender el proceso de investigación hasta mayo de 2026. Además, prorrogó la prisión preventiva de los adultos y las medidas cautelares de los menores. Uno de ellos deberá presentarse periódicamente ante la Fiscalía.
Con las nuevas pruebas, se refuerza la hipótesis central: el crimen habría sido planificado por los propios compañeros de consumo de Julián, y los menores habrían sido utilizados para deshacerse del cuerpo y del vehículo.
Fuente: Medios







