El financiamiento con tarjeta de crédito continúa en alza en Argentina, impulsado por la pérdida del poder adquisitivo y el aumento de los gastos cotidianos. Esta tendencia se refleja en el crecimiento del uso del plástico como mecanismo de pago y en la decisión de muchos usuarios de cubrir solo el pago mínimo mensual, lo que incrementa notablemente los intereses.
Según un informe de First Capital Group, las operaciones en pesos con tarjeta de crédito alcanzaron en octubre un saldo total de $21,9 billones, lo que representa un aumento nominal del 1,3% mensual y un 63,4% interanual. En términos reales, sin embargo, se observó una caída del 1,2% mensual y un incremento del 24,2% anual.

El Banco Central (BCRA) también destacó en su Informe de Pagos Minoristas que las tarjetas de crédito superaron a las de débito: en agosto se registraron 180,4 millones de operaciones por $9,4 billones, frente a 178 millones con débito por $4,7 billones.
La expansión del crédito se consolidó en los últimos años, mientras en 2022 representaba el 13,3% del total de operaciones, actualmente ya alcanza el 46,2%. El Informe de Inclusión Financiera del BCRA confirmó que la tarjeta de crédito sigue siendo el principal instrumento de crédito, con 14,6 millones de deudores, lo que equivale al 39,6% de la población adulta.
El costo de financiarse con tarjeta sigue siendo elevado. En el Banco Macro, por ejemplo, la Tasa Nominal Anual (TNA) para financiar consumos es de 105,30%, mientras que el Costo Financiero Total (CFT) con IVA asciende al 127,41%. Los intereses punitorios, aplicables en caso de no pagar el mínimo, se ubican en una TNA del 52,65% y un CFT con IVA del 63,70%.
Aunque las compras en un solo pago no generan intereses, los consumos en cuotas o los saldos financiados pueden multiplicar el costo final de los productos o servicios. Por eso, los especialistas advierten que financiarse con tarjeta debe ser una herramienta puntual y no una práctica habitual para cubrir gastos corrientes.
Fuente: Medios







