Vacacionar en Bariloche durante el verano implica un desembolso que supera los $1.500.000 para dos personas por cuatro noches. Así lo indica un relevamiento del Ente Mixto de Promoción Turística (Emprotur), que calcula los costos de una estadía de cinco días y cuatro noches incluyendo pasajes aéreos, alojamiento, excursiones, gastronomía y alquiler de auto.
Según el informe, viajar en avión desde Buenos Aires tiene un costo estimado de $209.000 por persona ida y vuelta. El alojamiento en un hotel de categoría media (tres estrellas) ronda los $275.000 por persona para cuatro noches. A eso se suma una excursión lacustre tradicional valuada en $132.400 y un gasto promedio en gastronomía de $168.000 por persona durante toda la estadía. En total, el paquete asciende a unos $780.000 por persona, es decir, más de $1.560.000 por pareja.
En el caso de optar por hoteles de mayor categoría, de cuatro o cinco estrellas, el costo del alojamiento se eleva a unos $390.000 por persona, llevando el total estimado a alrededor de $820.000 por turista.
Desde el Emprotur destacaron que enero concentra la mayor presión sobre los vuelos, con tarifas más elevadas por la alta demanda, mientras que febrero aparece como una alternativa más accesible en términos de transporte aéreo. También recomendaron comprar con anticipación para evitar picos de precios y lograr una mejor planificación del gasto.
Otra opción para reducir costos es viajar en auto, especialmente para grupos familiares o parejas que no necesitan movilidad constante. En ese sentido, alojarse en hostels, cabañas o hoteles de categoría turística permite abaratar el presupuesto total.
Pese a los altos costos, las expectativas para el verano son positivas. Desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Bariloche (Aehgb) anticipan que enero podría alcanzar o superar el 80% de ocupación hotelera. Entre enero y noviembre se registraron 1,4 millones de arribos, un 6,8% más que en el mismo período del año anterior, con un gasto turístico directo estimado en $600.000 millones.
No obstante, el sector advierte desafíos: la estadía promedio cayó a cerca de tres noches y el gasto por visitante muestra una leve baja, reflejo de un consumo más cuidadoso en un contexto de menor poder adquisitivo.
