El domicilio investigado en Bahía Blanca 55 funcionaba como un punto de venta de drogas donde, además de dinero en efectivo y billeteras virtuales, se aceptaban objetos robados como forma de pago. Así lo confirmó la fiscal María Eugenia Titanti, quien explicó que la acumulación de bienes respondía a esta modalidad de comercialización y no a un aguantadero.
La investigación permitió secuestrar televisores, equipos informáticos y otros elementos denunciados como robados, que luego fueron restituidos a sus dueños. La causa terminó con condenas por comercialización de estupefacientes y encubrimiento agravado por la habitualidad.
El avance del expediente se dio a partir de denuncias anónimas que alertaban sobre la continuidad de la actividad ilícita en la vivienda. Un primer allanamiento, motivado por un hecho contra la propiedad en la zona, derivó en el hallazgo de drogas y en la profundización de la investigación, que permitió identificar a los responsables de la venta y a quienes atendían a los compradores.
Respecto al futuro del inmueble, la fiscal indicó que se impulsó su decomiso y demolición, aunque surgió un impedimento legal: la vivienda se encuentra en sucesión desde 1997 y no pertenece exclusivamente a las personas condenadas. Para no afectar derechos de terceros, se acordó mantener el domicilio clausurado y avanzar con su demolición en un plazo de seis meses, medida aceptada por los propietarios, con el objetivo de desactivar definitivamente el punto de venta.
Fuente: Medios

