Neuquén Capital volvió a marcar tendencia en la Patagonia —y también en el país— con la presentación de su presupuesto 2026, un plan que no solo proyecta cifras, sino que refleja una gestión con resultados visibles en cada rincón de la ciudad.
El subsecretario de Hacienda, Juan Dutto, detalló que el nuevo presupuesto asciende a $557.000 millones, lo que representa un crecimiento real del 25% respecto al ejecutado de 2025. Pero el dato más relevante es otro: el 42% se destinará a obra pública, superando nuevamente el récord alcanzado el año anterior.
Lejos de los slogans, el número se traduce en calles asfaltadas, nuevos parques, servicios ampliados, la ampliación de la Avenida Mosconi, el acceso por Ruta 7, el parque solar, el complejo ambiental y un transporte público completamente renovado. Neuquén decidió dejar de esperar y ponerse en movimiento, y los resultados están a la vista.
Equilibrio fiscal y autonomía: una excepción en el mapa argentino
En un contexto nacional donde los municipios dependen en gran medida de la asistencia del Estado central, Neuquén muestra un modelo distinto. La ciudad mantiene equilibrio fiscal, superávit y autonomía financiera.
Según los datos oficiales, el 45% de los ingresos son propios, mientras que la coparticipación nacional representa apenas el 8% del total. En otras palabras: Neuquén funciona por sí misma, no por transferencia de fondos.

El éxito neuquino se apoya en dos pilares: una gestión eficiente y una relación de confianza con los vecinos. Más del 80% de los contribuyentes paga sus tributos municipales en tiempo y forma, algo inusual en el país.
¿Cómo se logra eso? Con obras que se ven, servicios que funcionan y un sistema digital que simplificó la vida de los vecinos: pagos online, billeteras virtuales, débito automático, cuotas sin interés y descuentos que superan la inflación.
En resumen, la ciudad devuelve en servicios lo que los vecinos aportan en impuestos, generando una cultura de compromiso y pertenencia.
Una gestión que acelera en la recta final
Mientras muchas administraciones bajan el ritmo en la etapa final del mandato, Neuquén acelera. El intendente Mariano Gaido ratifica su hoja de ruta: más obra pública, planificación y visión de ciudad moderna.
La Avenida Mosconi simboliza ese enfoque: una obra que demandó planificación, financiamiento inteligente y decisión política. Primero se esperó, se planificó, se hizo caja; hoy, la obra avanza firme y ordenada.
Neuquén no improvisa: programa, ejecuta y cumple. En un país acostumbrado a la urgencia, la capital neuquina eligió proyectar. Y eso ya se nota —no solo en los números, sino también en las calles.

Fuente: Medios.







